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La Celebración 

En un intento por salvaguardar la riqueza íctica mundial, nace “World Fish Migration Foundation (WFMF)” o “ La Fundación de Peces Migratorios”, una organización sin ánimo de lucro transfronteriza,  cuya misión es promover la proyección  de los ecosistemas acuáticos mundiales y  los peces migratorios.

WFMF busca plantear estrategias que fortalezcan el cuidado del territorio, la socialización de los peligros actuales  que enfrentan los ríos, como lo son las represas, la contaminación, la sedimentación, la deforestación y  la minería, solo para citar los principales factores. Al mismo tiempo, esta fundación impulsa la formación y empoderamiento de la educación ambiental para reestructurar las estrategias educativas y ayudar a transmitir la importancia de los ecosistemas acuáticos y los peces migratorios.

Una de las estrategias que ha desarrollado WFMF para la sensibilización de estas especies es la celebración del "Día Mundial de las Migraciones de Peces”. Este evento se realiza desde el 2014 en diferentes países  y en su festejo en el cual se realizan actividades pedagógicas en torno a los peces migratorios tanto continentales y marinos.

Este año (2018) se unieron 63 países en donde se llevaron a cabo más de 569 eventos entorno a estos peces.

Aprovechando el esplendor mediático  que alienta  a indagar sobre la importancia de nuestras fuentes hídricas, su  biodiversidad y valor como recurso natural en términos económicos, culturales, paisajísticos, científicos y educativos, Colombia se unió a la celebración, en el municipio sede más grande de la refinería de petróleo del país: Barrancabermeja, la “ciudad entre aguas”.

Situada en el exuberante valle del Magdalena, pertenece al departamento de Santander, su nombre antes de ser bautizada como Barrancas por Gonzalo Jiménez de Quesada el 12 de octubre de 1536, era Latocca o “lugar de la fortaleza que domina el río”, un caserío de los indígenas Yariguíes, descendientes de los Caribes y dedicados a la pesca.  Desde principios del siglo XX, el petróleo ha sido la “locomotora” de desarrollo de Barrancabermeja, convirtiéndola en una ciudad industrial cuyas promesas de riqueza  y desarrollo supuestamente garantizadas por el petróleo, nunca llegaron, dejando un sector terciario deformado cuyos problemas se reflejan en el desempleo, el déficit en la educación y los servicios públicos.

Cristo de Petróleo. Ciénega   
Barrancabereja, Santander.
Fotografía Mariana A. Moscoso 

Adicionalmente, el desarrollo de esta industria continuamente ha puesto en peligro las fuentes hídricas en su área de influencia como los son los ríos Magdalena, Sogamoso, Oponcito,  la Colorada, el Viejo, y Opón; las  Cienégas del Llanito, Pozo Coquito, el Guamo, San Silvestre, el Tigre, Brava, del Opón, el Zarzar, Zapatero, Miramar, Juan Estéban, el Zábalo, la Tira, y San Rafael de Chucurí; Y quebradas como  el Llanito, Aguas Claras, Jeringa, Zarzal, de la Muerte, Peroles, las Lajas, y las Camelias; y los caños San Silvestre, el Rosario, Cardales, Guarumo, el Estanco, Matore, de la Muerte, las Pavas, el Cuarenta, y Mal Abrigo. Toda esta riqueza hídrica conllevó a que este municipio recibiera el apodo la “ciudad entreaguas”, en medio de un departamento de ensueño.

Fotografías por TNC


A pesar de lo paradójico o tal vez emblemático, fue en Barrancabermeja, ciudad donde hacía menos de un mes ocurría el peor de los desastres ambientales en la historia de nuestro país, donde se fijó la cita para celebrar el "Día mundial de los peces migratorios” en Colombia. Con o sin intención, este espacio brindó la posibilidad de reunir un movimiento científico-político-cultural-social para hablar sobre la profunda preocupación acerca  del destino de las aguas continentales y los esfuerzos de conservación que se están llevando a cabo en nombre de los peces de agua dulce, especialmente los migratorios.  Bajo el lema de “Conectar peces, ríos y personas”, se reunieron más de 103 pescadores y pescadoras, personal de diversas entidades ambientales, instituciones académicas, medios de comunicación y ambientalistas que enmarcaron el inicio de una propuesta que buscar recuperar y fortalecer la palabra a merced de la defensa de nuestros ríos, los peces migratorios y la cultura de la pesca artesanal.



 

Fotografías por Juanita Gonzáles

La celebración inició el 21 de abril en el salón de convenciones del Centro Comercial Popular. El tercer piso de este lugar se convirtió en un espacio familiar que se acondicionó y se decoró para la ocasión: Peces colgando de un árbol, bagres migratorios amazónicos en posters sobre las paredes, pancartas y banners de las asociaciones y federaciones de pescadores y pescadoras, cartografías sociales, entre otros elementos dieron un ambiente de confianza  para montarse simbólicamente, en una misma canoa y de esta forma ir en la búsqueda de un horizonte en común.

Fue así cómo se empezó a consolidar el comienzo de un nuevo proyecto alternativo, cuyo discurso se nutrió de muchas voces, pescadores y pescadoras,  académicos/as de diferentes disciplinas, especialistas de proyectos ambientales, ambientalistas, funcionarios de organizaciones no gubernamentales y gubernamentales, así como una gama de fotógrafos, realizadores audiovisuales, comunicadores sociales y periodistas de diversos orígenes, regiones y corrientes de pensamiento. 

La programación del evento comenzó con unas palabras de bienvenida, llevadas a cabo por la ictióloga y profesora Luz Fernanda Jiménez de la Universidad de Antioquia, seguida por Silvia López Casas de The Nature Conservacy ( TNC), encargada de explicar la dinámica del encuentro de saberes; así mismo resaltó la importancia de respetar y valorar la visión de cada invitado e invitada sobre los peces continentales, sus migraciones así como la continuidad de la vida y la pesca artesanal.

Una vez se terminó el protocolo de bienvenida, empezó el diálogo de saberes en las diversas mesas de trabajo donde a través de  la participación de los pescadores y pescadoras se pudo escuchar sobre los conocimientos provenientes de la experiencia, la observación y la interrelación de estos con los cuerpos de agua y los peces migratorios. En este escenario, los roles de los pescadores en la pesca artesanal se escucharon desde dos enfoques: la pesca artesanal como un sistema económico-productivo y como sistema cultural. La idea principal era escuchar a los pescadores/as para poder enriquecer y acotar la información que las organizaciones participantes tenían sobre los peces y sus hábitat. Una ves terminada la jornada de la mañana, se realizó la socialización de los resultados de cada mesa, para en horas de la tarde realizar una reflexión colectiva que permitiera imaginar escenarios de la situación actual de los peces, la pesca artesanal y las posibles soluciones para mejorar su estado. 

Ser Pescadora por  Jully Andrea Mora González 

Las transformaciones contemporáneas en la pesca artesanal que  se evidenciaron en el encuentro de saberes, fue  el rol de las mujeres en la pesca y en la defensa de sus territorios pues éstas son cada vez más activas públicamente, dando mayor visibilidad a sus sentires y su aporte al oficio. No es un secreto que la pesca en Colombia, históricamente ha sido considerada como una actividad masculina, donde el rol de la mujer se ha mantenido casi como un secreto. Es de celebrar que la  participación de las mujeres permitió conocer  la otra cara de la pesca, la más sensible y quizás la más ignorada: La de la  familia.
 

La familia

Una de las anotaciones que hicieron los asistentes fue exponer  la necesidad de restablecer una relación armónica con la naturaleza pero también con otros pescadores, y de ahí la importancia de este tipo de escenarios, esenciales para conocerse entre si y escuchar lo que sucede en otras regiones del país pues cabe resaltar que la crisis de la pesca artesanal no solo la componen factores como  la disminución del recurso,  la contaminación y transformación  de los cuerpos de agua así como el desarrollo hidroeléctrico, entre otros,  sino factores tan elementales como el no tener la oportunidad de hablar con otras personas que tienen y son protagonistas de los mismos problemas en otras regiones, y cuyas fuerzas es necesario unir  en la lucha del rescate y protección de nuestros peces, saberes y territorios, que como lo manifiestan con gran temor, han estado acompañados por el desplazamiento y la consecuente perdida de su productividad, de la tradición, y de su razón de ser, la esencia de sus vidas: La Cultura.

Libia Esther Arcieniga. Presidenta de la Asociación de Pescadoras Artesanales y Ambientalistas del departamento del Cesar, Colombia.

Alirio Perdomo Presidente de la Asociación de Calandreros del río Magdalena en el departamento del Huila.

El Segundo día de la celebración, fue una acción para la reconciliación entre quienes han y están (investigadores y organizaciones) liderado proyectos de investigación y han dejado una huella de inconformidad en las comunidades pesqueras, pues el descontento por los métodos de investigación que se han  implementado,  ha cultivado sentimientos negativos hacia este sector y ha hecho que los pescadores y pescadoras se sientan utilizados, degradados y excluidos en la construcción de dicho conocimiento. Por lo cual este espacio fue una nueva oportunidad para que las organizaciones socializaran iniciativas de gran importancia que tienen repercusiones en la conservación, uso y manejo de los recursos pesqueros de los cuales ellos hacen uso en las zonas hidrográficas del país; del mismo modo los asistentes dieron a conocer su posición frente a estos proyectos e iniciativas.  

Algunos de los proyectos que se socializaron  fueron el “Proyecto GEF”, que busca el manejo sostenible y conservación de la biodiversidad en la Cuenca  Magdalena-Cauca  por parte de Juan Carlos Alonso de la Fundación Natura.   Silvia López Casas de TNC expuso el “Proyecto SIMA: Desafío de Google”, una iniciativa que busca masificar el uso de una aplicación  para planificar y gestionar integralmente las cuencas hidrográficas colombianas con el objetivo de mitigar las pérdidas de fauna  y flora, y mejorar la calidad de vida humana derivadas de los impactos ambientales,  y  por último Carlos Rodríguez de Tropenbos habló sobre el proyecto  “Relaciones Ecológicas en el Mundo del Agua: Visiones Locales y el Conocimiento de los Pescadores” un proyecto que  recopila la experiencia del trabajo con las comunidades indígenas de la cuenca del Amazonas. 

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Los representantes de las asociaciones y federaciones de pescadores también expusieron los procesos que ellos han gestionado en sus territorios como una respuesta a los conflictos y amenazas que enfrentan. La gestión social,  la participación y el desarrollo comunitario que se está llevando a cabo en las principales cuencas  hidrográficas de Colombia, son algunas de las estrategias que se están implementando en las comunidades, cuyo resultado se refleja en economías solidarias,  microfinanzas solidas,  y el constante desarrollo organizacional.  La coproducción de conocimiento,  la búsqueda y construcción de soluciones a los problemas que confrontan a diario  fueron el eje central de sus ponencias.

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