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Diciembre 2, 2016

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¿Por qué hablar de un pez extinto? Un pez del que nadie habla, que nadie recuerda, que nadie cita. ¿Qué importancia tiene evocarlo en un país cuyo patrimonio natural vivo se desborda en riqueza? ¿Qué sentido tiene sacar del olvido la única especie extinta del país  cuando en nuestras aguas continentales aguardan decenas de especies por descubrir? ¿Para qué sumergirse en esta historia?

Primera muestra recolectada del Pez Graso (Rhizosomichthys totae ) por Cecil Miles en 1942. Museo deHistoria Nacional. Universidad Nacional de Colombia. 
Fotografía: Mariana A. Moscoso Rodríguez

La historia a través de la cultura ayuda a mantener inalterado los enigmas de la vida y el planeta,  y ésta es, ante todo,  una respuesta a las circunstancias y una muestra viva de la complejidad de la riqueza, de las certezas e incertidumbres de nuestra sociedad. Fue a través de discursos circulantes de una época y de una ciencia que emprendimos alegremente la búsqueda del Pez Graso (Rhizosomichthys totae), una especie catalogada como extinta en 1994 por la lista roja de especies amenazadas (IUCN por su sigla en inglés) . Desde 1942 no se volvió a ver al pez, los intentos que se han llevado a cabo para encontrarlo han sido en vano. Esta vez, lo buscamos en un muestreo cultural, exploración que evidenció que la belleza y la vida tienen origen en la naturaleza y estas se refugian  constantemente en el espíritu de quienes hicieron parte de esta historia.

EL LAGO:

Transparencia permanente en sus aguas, en medio de la grandeza excéntrica de la Cordillera Oriental de los Andes, encontramos al majestuoso Lago de Tota. Segundo Lago más grande de América del Sur y fantástico en cuanto a los relatos que comparten sus habitantes sobre su origen y múltiples usos.

A 250 kilómetros de Bogotá, al rededor del Lago de cristal como lo llaman sus guardianes, se entrelaza el recuerdo con el diálogo. Hogar de las mansiones de los dioses pertenecientes a una rica cultura, éste evoca leyendas sobre uno de los reinos de América que guardaba un respeto místico por el lugar: Los Muiscas, unos de sus primeros pobladores.


Ubicado a 3.020 metros sobre el nivel del mar, alimentado por los páramos de Las Alfombras, Suse, Hirva, Tobal, Curíes, Pozos y Hato laguna,  pintoresca es la belleza escénica del Lago que pertenece a la jurisdicción de los municipios de Cuitiva, Tota y Aquitania     . Cuatro ríos contribuyen con más del 95% del caudal superficial de entrada al Lago: Hato Laguna     , Los Pozos, Tobal y Olarte     . Sin importar la ubicación de donde se mire el paisaje del Lago, estas escenas ejemplifican las intervenciones, los efectos y procesos de las actividades humanas a lo largo de su historia. Su población representa la relación y servicio entre ambiente y sociedad.

Uñas llenas de tierra, ruanas de lana, botas pantaneras, sombreros y gorros son los atuendos que brindan calor a su población y que simbolizan las modalidades de manejo del entorno en un clima inestable y frío con temperaturas promedio de seis a doce grados centígrados    ; sus alrededores dan la sensación de estar parado en un balcón que da vista a un escenario secreto de Colombia. Secreto como lo que alguna vez existió en sus aguas. Más allá de ser un recurso hídrico de vital importancia para la vida doméstica y productiva de las comunidades como lo afirma la literatura que hace referencia al Lago, ésta también ha sido insistente en afirmar sobre la existencia de la única especie de pez oriunda del lugar: el Pez Graso. 

No obstante, la transformación que ha tenido el ecosistema por actividades lucrativas como la siembra de cebolla larga (cuya presencia ha desatado la degradación ambiental del Lago) que cubre el 95% del área plana cultivable de la cuenca del Lago de Tota en Aquitania     y la introducción de la Trucha Arco Iris (Oncorhychus mykiss), se cree han podido influir en la extinción del Pez Graso.

 

Miembros fundadores de PISPESCA con alevinos de trucha para la siembra de ríos y lagos.  Fuente: sioc.Ministerio de Agriculta de Colombia

El Pez:

Perteneciente a la familia de los bagres Trichomycteridae, que habitan en los Andes sudamericanos, el Pez Graso (Rhizosomichthys totae) fue descrito  en febrero de 1942 por don Cecil Miles, miembro fundador de la Asociación Nacional de Piscicultura y Pesca de Colombia, pionero en la introducción de Trucha Arco Iris al país y uno de los encargados de iniciar labores piscícolas en la  estación Cintas, ubicada en el Alto de las Cintas del Lago de Tota    .  

Esta estación sirvió  para dos cosas, la primera como laboratorio para el primer proyecto colombiano que promovía la piscicultura de aguas frías con la introducción de la Trucha Arco Iris para fines nutricionales de la población del Altiplano Cundiboyacense y, la segunda, como una excusa del destino que haría posible el primer encuentro de este ictiólogo inglés con una nueva especie de pez para el país. 



 

Lago de Tota, Boyacá. Fotografías: Mariana A Moscoso

Las intenciones nutricionales se convirtieron en la ley 147 de 1936 para lo cual se importaron de Norteamérica 100.000 ovas embrionadas de Trucha Arco Iris. En 1939 la trucha fue introducida en el Lago    , tres años más tarde, Miles afirmaría que el establecimiento de la Trucha en el Lago haría parte de las hipótesis sobre las posibles causas que ocasionarían la extinción del Pez Graso. En 1971, George Dahl      , otro estudioso de los peces y considerado uno de los padres de la ictiología en Colombia, volvería a recalcar sobre la responsabilidad que tuvo la Trucha en la extinción de esta especie. Sin embargo, 28 años después, en 1999, y como resultado del proyecto "Búsqueda del extinto Pez Graso", uno de los participantes  

 

del proyecto, el ictiólogo colombiano José Iván Mojica, afirmaría que “a pesar de no haber encontrado al pez, se logró descartar a la trucha como primera sospechosa de su extinción ya que habitan en lugares diferentes del Lago”. 

Trece centímetros de largo y envuelto en una gruesa capa de tejido graso, flotando en el alcohol de un frasco de vidrio, descansa el cadáver parcialmente frito de uno de los ejemplares del Pez Graso depositado por Miles en la colección de peces del Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional de Colombia (ICNMHN) en Bogotá.  José Iván Mojica, curador de la colección, abre el compactador de dónde saca el custodiado y anhelado frasco, en su interior una etiqueta enuncia las principales características de uno de los grandes enigmas del país.

 
 

Iván Mojica junto al Pez Graso. Museo deHistoria Nacional. Universidad Nacional de Colombia. 
Fotografía: Mariana A Moscoso

De color café oscuro es la cabeza mutilada de uno de los dos ejemplares disponibles en esta colección. Junto a esta reposa una criatura calcinada, de su tronco resaltan siete anillos circundantes que semejan anillos fritos de cebolla, al parecer su nombre es un tributo de tan extraña y única característica de este bagre colombiano. Tuvo una distribución restringida al Lago, de allí su endemismo. En el mundo existe un total de diez ejemplares, evidencia que atestigua a la ciencia lo que alguna vez fue su existencia. Todos los ejemplares fueron recolectados en 1942, no obstante, la fecha y ubicación exacta donde fueron colectados, se desconocen. Miles afirmó que la primera revelación sobre su existencia se dio años atrás a su descripción formal en 1942 y fue “como consecuencia de un sismo que ocurrió en la época, suceso que los mató y los sacó a flote” sin embargo, en el Servicio Geológico Colombiano no se registra ningún sismo ocurrido en Boyacá entre los años 1903 y 1942      , lo cual pone en duda esta afirmación realiza por el ictiólogo inglés.

Del Pez Graso quedó registrado su estado físico y una ilustración realizada por Cecil Miles     ; la descripción se basa en supuestos que nunca se lograron comprobar como la ubicación especifica de su hábitat, el cual se sospecha que eran las profundidades del Lago, lo que posiblemente lo ubica en el área de Lago Chico y Grande, sectores cuya profundidad oscila entre los 40 y 61 metros.      Sobre sus anillos, (la característica que lo hace excepcional en su familia pues es el único bagre de agua dulce con una envoltura grasosa de esta clase)     , se cree que la función que cumplían estaba ligada para soportar cambios de temperatura y/o para el almacenamiento de fuentes de energía.  

Las condiciones que imposibilitaron una descripción más detallada del pez y su hábitat aluden a la situación en la que se encontraba los estudios de la ictiología en el país y al parecer se dejó pasar por alto datos que pudieran contribuir para realizar una descripción más detallada de los ejemplares. No obstante, Miles al haber depositado los peces colectados en colecciones científicas en Europa, Estados Unidos y Colombia, aseguró para la posteridad, la posibilidad de desarrollar nuevos estudios de este enigmático pez. 

Es así como sesenta y seis años transcurrieron para que se pudiese realizar la redescripción del pez en una revista científica     . Publicada el 4 de marzo del 2009, se llevó a cabo por los ictiólogos Luis Fernández del Instituto Fundación Miguel Lillo de Tucumán, Argentina y Scott Schaefer del Museo Americano de historia Natural de Nueva York, Estados Unidos, de ésta forma y a través del uso de nuevas tecnologías disponibles, la anatomía interna del pez salió a la luz.

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Los diez ejemplares disponibles de esta espacie son un verdadero tesoro de la historia natural, motivo por el cual pensar en dañar alguno de estos para el estudio de su anatomía interna, con técnicas  tradicionales invasivas, siempre fue considerado como un despropósito por la comunidad científica. Por esto mismo, sólo y como resultado de los avances tecnológicos disponibles para el quehacer científico, fue que, mediante la microtomografía computada, una técnica de escaneo de rayos X de alta resolución que se ha utilizado para complementar investigaciones sobre morfología en otros peces y grupos animales, se logró presentar la primera descripción que incluye información de su anatomía interna. 

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Los resultados de este estudio permitieron observar y confirmar características únicas que ayudan en la diferenciación a nivel genérico y específico (entre ellas sus famosos anillos de grasa a lo largo del cuerpo), las cuales hacen única a esta especie de cualquier otro bagre de la familia Trichomycteridae a la cual pertenece     . Sin embargo, esta redescripción no aportó nuevas informaciones sobre la posibles causas de la extinción del pez y tampoco sobre aspectos ecológicos y del hábitat en el cual esta especie se distribuía, por lo cual los enigmas sobre su descubrimiento han continuado.

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La búsqueda:

A tres kilómetros de Cuitiva, se encuentra el Mirador Del Lago, sentado al lado de una fogata esta don Abed, líder comunitario y propietario del lugar. Comparte una charla introductora sobre el contexto social del Lago, según don Ab, mucho se rumora sobre la suerte de los investigadores que van al Lago “se estrellan con la respuesta de la gente, pues la gran parte han sido expulsados a punta de machete”, y advierte sobre las precauciones que se deben tomar a la hora de establecer diálogo, en medio de la búsqueda del pez. 

 

Afortunadamente el machete no hace parte de esta historia. Solo lo hace en relatos que hablan sobre la expansión de la frontera agrícola y el deterioro de las fuentes hídricas, para citar dos ejemplos que aluden a la problemática ambiental que posee el Lago. El caso del Pez Graso es igual de desconcertante al destino que tendrá lo que alguna vez fue su hábitat. Sin embargo, su búsqueda en los caseríos despertó sentido de curiosidad y enérgico deseo de conocer su historia lo que ayudo a que siempre la visita fuera recibida con agrado y ánimo de colaborar.

Solitarios y embarrados son algunos tramos de los 43 kilómetros que recorre la Avenida Circunvalar y que conecta a las más de 30 veredas alrededor del Lago. Camino hacia Llano Alarcón, justo en la Vereda los Balcones, la lluvia hizo posible uno de los primeros encuentros. Don Ricardo Reyes y su esposa Carmelita brindaron refugio a la búsqueda.  

En un relato se transformó el recuerdo pronunciado por don Ricardo, quien en medio de un aguacero dijo que ni el, ni Carmelita, oriundos de la vereda perteneciente al municipio de Cuitiva, habían escuchado hablar del pez “pues esta zona siempre ha sido de ganadería” afirmó y aseguró que algo habría de haber en un libro que compró en el año 76 y que considera como “un tesoro pues más allá de narrar la belleza de donde he conocido el mundo, menciona el conflicto que es” y fue precisamente por su condición de tesoro que casi lo pierde pues un reconocido político de la zona, se lo pidió prestado hace seis años y duro cinco años en devolvérselo, “yo iba a buscarlo cada vez que podía porque ese libro ya no se consigue y yo creo que de tanta insistencia, se cansó de mí y me lo devolvió” culmina con una risa picara.  Don Reyes quiso penetrar al pasado del Pez Graso, invocando el origen de su hábitat.  

A medida que se avanza, los rumores sobre el pez se van esparciendo por las veredas. La mayoría quedan impresionados al ver el registro fotográfico de uno de los pocos ejemplares conocidos de este pez, emoción que se transforma en conmoción cuando se enteran que era oriundo del lugar. Los que no conocen del pez, recuerdan a alguien que quizás tenga algún tipo de conocimiento sobre este y así vamos siendo remetidos de una vereda a la otra, de un municipio a otro, siluetando el Lago en su búsqueda. 
 

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El proceso de desintegración del sistema natural se expone a medida que se recorre el Lago, la transformación del paisaje muestra como hectáreas de tierra han sido desecadas para destinarlas al aprovechamiento de la agricultura, actividad que ha generado deterioro ambiental por el uso y manejo de agroquímicos; este es el panorama que se repite a medida que aumentan los kilómetros para llegar a Llano Alarcón.

Ya en Llano Alarcón, encontramos una estación de venta de Trucha Arco Iris, después de concluir varios encuentros, uno de los pescadores asegura tener un conocido que lo pescó en Playa Blanca, un señor de apellido Murillo. Él, oriundo de Tota asegura haberlo pescado varias veces a finales de los años 80, dice que ha colaborado con varios investigadores, su relato se parece más a un monologo aprendido que a un recuerdo, al preguntarle el color del pez pidió dinero para responder. No es de sorprenderse, el sector de Playa Blanca es un punto turístico, nada se mueve sin un trueque. Sin bajar la guardia, una vendedora de Café,  doña Alba viuda de Castillo, nos llama, "no es frecuente que la gente busque aquí a ese pescado, el tal Graso, yo creo que por aquí no existe ese animal que usted muestra en la fotografía. Por aquí hay muchos pescadores alrededor del lago y nunca se ha escuchado que hayan sacado un pescado diferente a la Trucha o al Runcho. Algunos de por aquí solo repiten enredos para cobrar por la historia" después de pagar el café, doña Alba, nos da las indicaciones para llegar a una popular tienda donde se reúnen pescadores a tomar Guarapo cada domingo en la tarde en la Vereda la Puerta, correspondiente al municipio de Tota.
 

“Antes de la introducción de la trucha, la población se dedicaba a la agricultura y a la ganadería, cuentan que al Pez Graso lo casaban de forma artesanal con machetes y palos para extraer su grasa pues no existían redes, aquí no se pescaba”, comparte don Aníbal Rojas, pescador y propietario del restaurante el Mirador del Lago Número Dos. En la búsqueda del Graso hallamos dos especies importantes para la región, El Capitán de la Sabana, Runcho, Lagunero o Barbuchas (Eremophilus mutisii) y la Guapucha (Grundulus bogotensis) ambas endémicas del Altiplano Cundiboyacense y cuyos registros de introducción al lago se desconocen, posibilitando la teoría de que tanto el Pez Graso como el capitán coexistieron desde mucho antes de la llegada de la colonización. 

Según Carlos Manuel Montenegro en su formación como tecnólogo en Acuacultura y especialista en el cultivo de las Truchas, estudió el uso del Capitán de la Sabana desde la cultura Muisca “Éste fue cultivado por los indígenas a lo largo del Altiplano Cundiboyasense, mucho antes de que llegarán los colonos.  Practicaban la piscicultura en canales o riachuelos, hoy en día casi extintos. Allí los alimentaban y les rendían tributo pues los consideraban sagrados. Sin embargo, la importancia que tuvo el Pez Graso para su cultura se desconoce por completo" y añade: 

Pez Graso -
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El pez que los pobladores por su apariencia consideran más cercano al Pez Graso es el Capitán de la Sabana o Barbuchas cuyo nombre científico, mencionado anteriormente, fue nominado en honor al sabio José Celestino Mutis quien dio paso al surgimiento de la primera generación de naturalistas criollos; criollo también es uno de los platos más representativos de la cocina del Altiplano Cundiboyacence, al cual está ligado este pariente cercano del Pez Graso, el sudado de Capitán.

Capitán de la Sabana, Barbuchas -
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Al otro lado del municipio de Tota, en Playa Rosada, encontramos a don Marco Antonio Rueda, un ex funcionario de Acerías Paz del Río, quien durante 35 años estuvo a cargo del Lago y afirmó haberlo encontrado en varias oportunidades enredado en unas mallas retenedoras que tiene la empresa para filtrar la basura proveniente de Aquitania “el Pez Graso o Runcho como también se le conoce en la descripción oficial y que es utilizado por la población para referirse al Barbuchas no está extinto” y esto sin lugar a dudas nos llevó a buscarlo en las mallas con don Ricardo Goméz, funcionario de la misma empresa quien se ofreció llevarnos a buscarlo.

A pesar de que esta nueva búsqueda del Pez Graso ha sido igualmente infructuosa, información valiosa ha sido levantada sobre la enigmática existencia de este pez y del proceso que llevó a su descripción formal en 1942. Los escasos testimonios que aluden a la existencia del pez ponen en duda sí realmente fue oriundo del Lago, lo cual abre un nuevo camino hacia la búsqueda de nuevas evidencias en el marco de la colaboración interdisciplinar. 

 

Esta búsqueda cultural, al mismo tiempo profundiza los interrogantes por la falta de conocimiento alrededor del pez, pues cuando algo ha existido por más insignificante que haya sido su paso por la tierra, se le recuerda y se hace transmitiendo el relato de generación en generación. ¿Sí el pez existió en el Lago, por qué es difícil encontrarlo en la memoria de sus habitantes más antiguos, incluyendo a pescadores? Sin embargo, cada encuentro logra una aproximación más profunda con su identificación cultural y los aportes reflejan los saberes, valores y la importancia que se establece entre las comunidades, los peces y la historia.

Notas.

(1,3) Barriga Cañon.Julio Eduardo, (2000). Análisis Isotópico en el Lago de Tota. XV Seminario Nacional de Hidráulica e Hidrología.Universidad Nacional de Colombia.  

(2) González Morales (2016). Impactos de la variabilidad climática y las actividades humanas en la dinámica hidrólogica del Lago de Tota. Trabajo de grado para optar al título de Magister en Ingeniería Ambiental. Facultad de Ingeniería. Universidad de Antioquia.


(4) Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. (2007). Atlas de Páramos  en Colombia Atlas de páramos de Colombia. Bogotá, Colombia.

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(5) Romero Catalina, Carolina, Mojica Luisa, Trujillo Sandra. 2011. Cuenca Hidrográfica del Lago de Tota. Facultad de Ciencias. Universidad Nacional de Colombia. 
 

(6,7) Montenegro, Manuel Carlos. T.A. Grupo Tecnología En Acuacultura. La Incursión de la trucha Arco Iris

(8,14) Schaefer, S.A. & Fernández, L.  2009. Redescription of the Pez Graso, Rhizosomichthys totae (Trichomycteridae), of Lago de Tota, Colombia, and aspects of cranial osteology revealed by microtomography. Copeia 2009 (3): 510-522.

(9, 13) Libro Rojo De Peces Dulceacuícolas de Colombia. (2012) Mojica, J. I.; J. S. Usma; R. Álvarez-León y C. A. Lasso (Eds). 2012. Libro rojo de peces dulceacuícolas de Colombia 2012. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, WWF Colombia y Universidad de Manizales. Bogotá, D. C., Colombia.

(10,12) Miles, C. 1942. Descripcion sistematica del "pez graso" del Lago de Tota (Boyacá). Caldasia 5: 55–58.

(11) Servicio geológico Colombiano. (2017) Sismicidad Histórica de Colombia entre los años 1917-1960 

(13) Morales, Carolina. (2016). Impactos de la variabilidad climática y las actividades humanas en la dinámica hidrológica del Lago de Total Universidad de Antioquia. 

(14) . Schaefer, S.A. & Fernández, L.  2009. Redescription of the Pez Graso, Rhizosomichthys totae (Trichomycteridae), of Lago de Tota, Colombia, and aspects of cranial osteology revealed by microtomography. Copeia 2009 (3): 510-522.

(15) Academia Natural de Ciencias. Departamento de Ictiología. Atlas digital de la morfología de Bagres  

 

Nuestra gratitud a Fundación Montecito por su ayuda y apoyo incondicional en el trabajo de campo.

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